Normalmente, el paciente deberá permanecer unas horas en el hospital pero, dependiendo del tipo de anestesia empleada, se le podrá aconsejar pasar una noche ingresado. La recuperación tras una dermolipectomía es rápida, pero hasta las 72 horas después de la intervención es totalmente normal sentir molestias. A partir de los 10 días la recuperación es total y ya se puede hacer vida normal, exceptuando las actividades físicas extenuantes, que no se podrán retomar hasta los 2 ó 3 meses después.

Tras la dermolipectomía, los brazos ya no tienen el descolgamiento consecuencia de una piel flácida, y son más finos y tersos. Al terminar la operación los cambios ya son visibles, sin embargo el resultado definitivo se aprecia pasadas unas semanas. Las cicatrices van volviéndose más imperceptibles a la vista con el paso del tiempo, mejorando progresivamente.

La dermolipectomía, tanto de brazos como de muslos, no está pensada para combatir la obesidad ni para perder gran cantidad de kilos, sino que se trata de una cirugía estética corporal dirigida a personas que quieran definir esas zonas con exceso de grasa y piel, difícil de conseguirlo solamente con dieta y ejercicio. Tras haber perdido una cantidad considerable de kilos, de un embarazo, o debido al paso de los años, la piel va perdiendo su elasticidad, volviéndose flácida y arrugada.